Duele ser la causante y duele ser la afectada.
Y pasa cuando una menos se lo imagina, con quien una menos lo creyó posible, en el lugar más osado y desgraciadamente, poniendo en peligro relaciones de pareja, que a veces, conocemos y a pesar de ello, engañamos.
He participado como fiel testigo y participante de ambos lados.
Y no encuentro hasta la fecha una explicación, al menos una que me satisfaga y abata la sensación de vació y decepción que queda.
Por más que se quiera ocultar, olvidar, enterrar, no se puede.
Fui infiel muchas veces, estando yo en una relación y estando soltera, con otra mujer estando ella en una relación. No hay excusa, no hay atenuantes, sólo recuerdo alrededor de esa locura una soledad tan pesada, tan oscura, tan abrumadora y asfixiante que borró todo entendimiento, toda razón, todo temor, toda prudencia . Ya no se mide, ya no se limita, ni se piensa. Es como un vació que con nada se llena, que nada satisface, que sólo más crece y nos ingiere sin misericordia.
Me fueron infieles varias mujeres, varias veces y tampoco hubo excusas, lógica, ni razón. Sentí morir, sentí alivio, sentí furia, sentí dolor y también soledad. El piso de abre, un torbellino de lágrimas ahoga hasta los lamentos más profundos y nubla el raciocinio y mente.
Pero como en algún lado leí y en otro escribí, no hay mal que dure mil años, ni nadie que los aguante. Todo pasó, ya son recuerdos, que aunque intensos, no son más que eso, recuerdos.
Hice mal, y mal me hicieron. Aprendí mucho. Cambié mucho. Morí y volví a morir, pero fue necesario, liberador e inolvidable.
La infidelidad existe, es real, pasa, y vuelve a pasar.
Y pasa cuando una menos se lo imagina, con quien una menos lo creyó posible, en el lugar más osado y desgraciadamente, poniendo en peligro relaciones de pareja, que a veces, conocemos y a pesar de ello, engañamos.
He participado como fiel testigo y participante de ambos lados.
Y no encuentro hasta la fecha una explicación, al menos una que me satisfaga y abata la sensación de vació y decepción que queda.
Por más que se quiera ocultar, olvidar, enterrar, no se puede.
Fui infiel muchas veces, estando yo en una relación y estando soltera, con otra mujer estando ella en una relación. No hay excusa, no hay atenuantes, sólo recuerdo alrededor de esa locura una soledad tan pesada, tan oscura, tan abrumadora y asfixiante que borró todo entendimiento, toda razón, todo temor, toda prudencia . Ya no se mide, ya no se limita, ni se piensa. Es como un vació que con nada se llena, que nada satisface, que sólo más crece y nos ingiere sin misericordia.
Me fueron infieles varias mujeres, varias veces y tampoco hubo excusas, lógica, ni razón. Sentí morir, sentí alivio, sentí furia, sentí dolor y también soledad. El piso de abre, un torbellino de lágrimas ahoga hasta los lamentos más profundos y nubla el raciocinio y mente.
Pero como en algún lado leí y en otro escribí, no hay mal que dure mil años, ni nadie que los aguante. Todo pasó, ya son recuerdos, que aunque intensos, no son más que eso, recuerdos.
Hice mal, y mal me hicieron. Aprendí mucho. Cambié mucho. Morí y volví a morir, pero fue necesario, liberador e inolvidable.
La infidelidad existe, es real, pasa, y vuelve a pasar.
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