Las olas tranquilas,
Mis pies mojan de vez en vez.
El horizonte ya despejado,
Permite que la vista llegue más lejos que ayer.
Mis pies mojan de vez en vez.
El horizonte ya despejado,
Permite que la vista llegue más lejos que ayer.
El entorno está en silencio,
Como si el estruendo nunca se hubiera dado a conocer.
Mi piel está más sensible,
Mi vista más aguda,
Mi tacto más delicado,
Mi oído más perceptivo.
Mi mente más enfocada.
Mis deseos más escondidos.
Porque al fin de cuentas,
La negación sirve de algo,
No es que no sea verdadera,
La vida vista desde otra vereda.
Ya no estoy para locuras ajenas,
Tampoco para creer que la imaginación ordena.
Sin mucho ordenar mi pensamiento,
Más vale sobrevivir al sentimiento.
Y dejar atrás lo que pudo ser,
Mas sin embargo, entender
Que mejor dejarlo estar.
Aprender a veces cuesta,
Y todavía más cuando el alma pesa.
Ahora todo en paz parece estar,
Aunque no sepa cuánto va a durar.