SIN DESEARTE....

Quisiera poder verte de otra forma.
Desear tenerte cerca y sentir tu piel.
Imaginar lo imposible a tu lado.
Lograr más allá de lo posible en mi corazón.

Pero a pesar del tiempo y de los años,
Aunque me duela el pecho y
La realidad arrastre mi ego en vano,
He de sincerarme al final de cuentas y…
Aceptar que no te amo.

Te quiero, sí…y mucho,
Te admiro y respeto sin cuestionarlo.
Pero tenerte como amante, a mi lado,
No puedo, no te siento tanto.
Como para aceptar tus besos húmedos,
Que siento como intrusos
Como para recibir tu cuerpo hambriento
Que siento como un rechazo.
Y sentimientos confusos emergen
Y se retuercen sin saber cómo
Sin dañarte, poder decir: no te amo.

Eres bella mujer,
Pero lo que mis ojos miran no es lo que mi cuerpo anhela.
Soy vana y cruel,
Me siento peor que nada,
Midiendo mi respuesta como pasión baja,
A la estética, sin siquiera sopesar el alma.

No entiendes por qué no te deseo,
Pero es que nunca te he deseado,
No me gustas y podría pasar a tu lado toda una vida,
Pero por favor, sin ponerme ni un dedo encima.

No hay nadie a quien confesarlo,
No hay forma de simplemente explicarlo,
No hay razón que prevalezca,
Sobre una mente como la mía, tan arpía.

Y es que me siento mal,
Me siento vacía,
Me siento bañada en mentiras.
Porque temo quedarme sola,
Pero aún así rechazo tu compañía física.
Y aunque he tratado,
Dejarme poseer por ti,
A veces es casi como tratar de tragarme una libra de clavos.
No puedo, mira que lo intento,
Pero no logro dominar mi desagrado.
Y si algo pudieras hacer para cambiar tan triste recuadro,
Ser más sexy,
Ser más atractiva,
Ser más comunicativa,
Ser más entretenida,
Ser más amigable,
Ser más elegantemente atrevida,
Ser esa mujer que yo deseo
Y que tú nunca has sido en esta vida.
No sé tampoco, si lo intentaría.

Dices que te vuelvo loca,
Que de mí nunca te cansarías,
Que mi cuerpo te embriaga,
Que mi sexo te fascina.

Quisiera sentir lo mismo,
Por Dios que mi vida daría.
Pero lo he intentado, vida mía,
Y hasta ahora,
No veo una posible salida.

Perdón una y mil veces,
Perdón te pido,
Cada uno de mis días,
Y aunque no tengamos cercanía íntima,
Te agradezco infinitamente por tu compañía.