Tenía de fondo la música de Soraya, cada canción, cada palabra, eran parte de mi experiencia. Ahora ella ya murió, ahora ya todo en mi vida y todo en este mundo, cambió. Cuando tomo asiento y quedo con la mirada perdida al horizonte, al infinito, sin ver nada pero recordando tanto, es que algo ha pasado dentro de mí.
Algo se ha ido y muy dentro sospecho y temo que no va a regresar. Como tampoco regresarán lugares, personas y sentimientos que han quedado para siempre atrás. Sólo flota en el ambiente un recuerdo, que por momentos quisiera poder tocar con mis manos. Pero se desvanece, se pierde y como el recuerdo que es, vuelve a su lugar que es el pasado.
No todo en la vida nos sale como hubiéramos querido o lo habíamos planeado. Ni siquiera entiendo el presente a veces, como tampoco descifro al futuro. El pasado pasa a ser lo único medio conocido.
Cuando el corazón envejece, el cuerpo aminora su marcha y la mente se rebela, todo se hace pequeño y apretado, quitando la motilidad y la respiración. Se sienten las 4 paredes de la vida, cerrándose sin poder escapar ni por una puerta o una ventana. Las luces se apagan y el camino se hace errático, deambulo sin rumbo confundiendo sombras, escuchando ruidos extraños y sintiendo el frío de la soledad.
¡Hay vida!, resultado de tantas circunstancias, decisiones y elecciones sin poder volver atrás. Ahora el arte está en seguir para adelante, dejando lo que fue, aceptando lo que no será y aprovechando lo que es.
Vuelvo a escuchar a Soraya y no soy ni sombra de lo que en su tiempo fui. Hay mucho peso encima, mis huesos ya doblados están y aunque aún veo al horizonte y al infinito, amar no puedo ya.
Como ella lo cantara hace muchos años ya: “…ahora crece, crece y crece este dolor, esa noche fue sólo un error, cuando el amor falló, es evidente en tus ojos que la confianza se perdió, el recelo reemplazó al amor y ha borrado toda la pasión…no quise decir, no fue mi intención, y nunca, nunca, nunca olvidaré este error, fue sólo un momento de rabia y te hice daño sin querer, sé que todavía sufres, presiento que te voy a perder…”
En resumen y lleno de drama concluyo con la frase: “Me siento abandonada por la musa del amor”.
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